La (ir)regulación de los Smart Contracts con Blockchain
Hola, soy @sergio_ghfer, CEO & Lead Blockchain en Code Contract.
Este es un espacio donde escribo semanalmente compartiendo noticias, oportunidades, preocupaciones, retos y opiniones respecto a la implementación de las nuevas tecnologías frente a la privacidad y seguridad.
Los Smart Contracts (“Contratos Inteligentes”) sobre tecnología Blockchain es una de las mayores disrupciones tecnológicas de los últimos años, permitiendo poder automatizar procesos de una forma totalmente autónoma, con una autogestión de ejecución y costes fraccionados.
El problema de estos famosos archivos de código es que no son contratos en muchos países y tampoco son inteligentes en muchas ocasiones. Es suficiente introducirse en el mundo de la programación para observar que los Smart Contracts no dejan de ser variables y posibles resoluciones en base a los sucesos ocurridos, verificados y extraídos por oráculos (no muy desarrollados aún).
El poder y capacidad de implementación de Smart Contracts en el día a día de las empresas es infinito, el reto es conseguir hacerlo de una forma eficiente y adecuada. Son muchas las tendencias de buscar delegar y automatizar todas las operaciones de soluciones digitales con el uso de estos contratos inteligentes (tal y como ya están haciendo las famosas DAOs - Decentralized Autonomous Organization). Este hecho ya es una realidad y empezamos a ver soluciones autogestionadas, sin necesidad de terceros que estén coordinando su funcionamiento. Ahora el reto es conseguir utilizar estas tecnologías con otras tecnologías más tradicionales y empresas que ya están usando otras herramientas digitales.
Otro de los grandes retos de esta tecnología en los próximos meses es la regulación. Son muchos países los que aún no han reconocido este tipo de archivos como contratos legales, aunque ya están apareciendo los primeros que lo reconocen, La Comisión de Derecho del Reino Unido. Como siempre suele ocurrir en estos casos, una vez que tenemos el primero, el resto empezarán seguidos y “tonto el último”.
Yo creo que son muchas las personas que seguimos soñando en que algún día las personas dedicadas a la abogacía sean capaces de entender estos contratos inteligentes, incluso un/a juez/a. Aunque por desgracia, también creo que nos quedan unos cuantos años de que sigan leyendo y auditando este tipo de contratos los peritos informáticos. Mi experiencia trabajando con abogados/as me dice que son varias las personas del sector que están empezando a dar pasos muy rápido sobre la implementación de esta tecnología, aunque seguimos estando lejos de tener una regulación sólida y estable por lo que muchos casos aún se ven limitados respecto a su potencial debido a la incertidumbre que plantean.
Uno de los primeros países en dar un paso adelante ha sido Reino Unido. La Comisión ha hecho un publicado oficial donde indica que los contratos inteligentes ejecutados sobre redes Blockchain cuentan con la validez legal en territorio de Reino Unido y Gales (esperemos que pronto sean más países y uno de ellos seamos nosotros).
Esta aprobación ha causado un gran interés por parte de muchas empresas, aunque también ha sacado la otra cara de la moneda, los riesgos inherentes que tiene un smart contract (especialmente cuando son archivos de código cerrados que no se pueden editar una vez ejecutados).
El primer paso sobre la regulación de los Smart Contracts en Reino Unido fue dado en 2019, momento en el que se empezó a investigar su funcionamiento en el ámbito de los criptoactivos para ver sí se requería de algún re-ajuste a nivel legal con este tipo de activos digitales. En este estudio se demostró que la ley se ajustaba a este tipo de desarrollos, incluso se publicaba de que su uso en el tiempo dará a crear unas prácticas y cláusulas modelos para los contratos legales inteligentes.
Esta segunda mención que se ha realizado sobre los Smart Contracts desde la Comisión de Reino Unido ha vuelto debido a la alta aceptación que están empezando a tener en diferentes casos y la ambigüedad legal existente. Entre los casos reconocidos son las soluciones De-Fi (Finanzas Descentralizadas) debido a la propuesta de automatizar diferentes procesos financieros que hasta día de hoy se seguían llevando a mano o dependiendo de terceros. Aunque también son otros sectores que ya están utilizando estás tecnologías (basándome en mi experiencia de clientes que ya están usando la plataforma Code Contract): legal, alimentario, académico, sanitario, industrial, logística, etc.
En resumen, los Smart Contracts no dejan de ser líneas de código que contienen diferentes variables que se van ejecutando según los eventos ocurridos con el beneficio de evitar las interpretaciones humanas. Aunque como decíamos antes, estos archivos de código son cerrados y en caso de no contar con la variable ocurrida, el smart contract se quedará en blanco y no ejecutará ningún evento (a rasgos generales).
Por ejemplo, si realizamos una apuesta entre dos personas (Pedro y Juan) en el partido de fútbol del miércoles (Athletic Bilbao-Real Madrid) a través de un Smart Contract para no introducir a intermediaros:
- Pedro enviará 10€ a una cuenta que gestiona el Smart Contract diciendo que gana el Athletic Bilbao.
- Juan enviará 10€ a la misma cuenta que gestiona el Smart Contract diciendo que gana el Real Madrid.
Una vez se llevé a cabo el partido, el Smart Contract consultará el resultado:
Opción 1: Si gana el Athletic Bilbao los fondos será liberados a la cuenta de Pedro.
Opción 2: Si gana el Real Madrid los fondos serán liberados a la cuenta de Juan.
Hasta aquí todo bien, el problema es en caso de empate. En este caso sino hemos introducido la variable en el Smart Contract antes de ser ejecutado, este se quedará ahí sin hacer nada.
Yo creo que cada vez iremos viendo más movimientos a nivel legal sobre la regulación, implementación y buenas prácticas sobre los Smart Contracts. Aunque no podemos olvidar lo más importante, sigue siendo una tecnología que sirve para mucho, pero no lo es todo.
Por lo tanto la clave es dónde y la forma de implementación de esta tecnología, siempre sin perder el foco del negocio y enamorarnos de la tecnología que ofrece inmensas posibilidades. De hecho, me atrevo a decir que acabaremos utilizando muchas soluciones que cuenten con el uso de estas tecnologías (Blockchain y Smart Contracts) sin ser conscientes de ello. En este momento los Smart Contract habrán llegado a su punto óptimo, ya no estamos tan lejos, creo que en 2022 empezaremos a ver su implementación en nuevos mercados más allá del ruido mediático. Incluso me atrevo a decir que acabaremos con soluciones híbridas (on-chain y off-chain) y siendo utilizada con otras tecnologías complementarias.
¡Muchas gracias y nos vemos el próximo martes!